El primer paso es ver a nuestro paciente en consulta de etología para realizar un diagnóstico y establecer el plan de tratamiento más adecuado para su caso. Cada animal es único, y por eso cada caso también lo es. Mediante la observación directa de la conducta del paciente y una extensa entrevista con su familia, tratamos de identificar todos los factores que puedan estar influyendo en ese comportamiento, cuál es su origen y qué lo motiva. De esta forma podemos trabajar el problema desde su raíz y ayudar a la familia a comprender mejor a su compañero/a.

Posteriormente realizamos sesiones de modificación de conducta, donde trabajamos con el paciente y su familia. Para nosotros es fundamental que la familia participe en el proceso, dedicando un tiempo cada día para practicar en casa o durante los paseos lo que vamos trabajando en las sesiones para fijar ese aprendizaje.